El agujero negro de la galaxia M87. AFP


Los astrónomos que obtuvieron la primera imagen de un agujero negro, lograron captar el campo magnético que lo rodea, un paso importante para comprender mejor la dinámica de estos objetos cósmicos, indica un estudio publicado el miércoles.

El 10 de abril de 2019 la primera imagen de un agujero negro daba la vuelta al mundo: un anillo resplandeciente alrededor de un círculo negro, ubicado en el centro de la galaxia M87, a 55 millones de años luz de la Tierra.

Obtenida gracias a la iniciativa internacional Event Horizon Telescope (EHT), la imagen era la prueba más directa de la existencia de estos objetos que, por tener tanta masa concentrada en un volumen pequeño, generan una fuerza de gravedad que impide incluso la salida de la luz.

Dos años después, los científicos del EHT saben más cosas sobre la mecánica de este agujero negro, cuya masa es varios miles de millones de veces superior a la del Sol.

En un artículo publicado en The Astrophysical Journal Letters, divulgaron una nueva imagen del objeto bajo una luz polarizada --como a través de un filtro-- y que permite "comprender mejor la física detrás de la imagen de abril de 2019", subrayó el español Iván Martí-Vidal, coordinador de los grupos de trabajo del EHT.

"Observamos la realidad de lo que predecían los modelos teóricos, ¡es increíblemente satisfactorio!", se felicitó ante la AFP Frédéric Gueth, director adjunto del Instituto de Radioastronomía Milimétrica de Francia, cuyo telescopio forma parte de la red EHT.

La polarización evidenció la estructura del campo magnético situado en los bordes del agujero negro y permitió producir una imagen precisa de su forma.

Este campo magnético extremadamente potente opone una resistencia a la fuerza de gravitación del agujero negro: "Se produce una especie de equilibrio entre ambas fuerzas, como si fuera un combate, aunque al final gana la gravedad", explicó Gueth.

La fuerza magnética permitiría expulsar haces de partículas hasta distancias de miles de años luz.